12 noviembre 2007

ROQUE DÍAZ: "El carnaval es un gran reto y quieras o no, siempre estarás en el ojo del huracán"

Apenas quedan dos meses para el inicio del Carnaval y el despacho del concejal Roque Díaz empieza a registrar mayor movimiento de lo habitual. Llamadas telefónicas, consultas, tramitación de expedientes, contrataciones, etc, un totum revolutum dirigido a organizar la fiesta más multitudinaria de la provincia.

—Es la primera vez que usted dirige el Carnaval. ¿Le asusta esa responsabilidad?
— No. Al contrario. Es un reto que me gusta y agradable, sin obviar, además, que es una gran responsabilidad, y quieras o no siempre estarás en el ojo del huracán, como se suele decir, porque la ciudadanía estará muy atenta a que se hagan bien las cosas. Y aunque es la primera vez que dirijo la fiesta más importante de la capital grancanaria, estoy muy ilusionado, y más con el equipo con el que me acabo de rodear, dispuesto a hacer frente a este reto tan importante que nos ha ofrecido el alcalde.

—¿Con qué presupuesto afronta las fiestas?
— El presupuesto todavía no lo tenemos, pero sí va a ser mayor que el anterior. Bien, tiene que darse cuenta de que vamos a hacer un carnaval distinto, un carnaval diferente, ya de por sí el escenario cambia la orientación, los volúmenes son mayores, así como el aforo, con una capacidad de 4.000 personas. Todo eso cuesta dinero. Conseguir bueno, bonito y barato es complicado. Lo que sí es cierto es que queremos unas fiestas acordes con lo que es esta ciudad. Las Palmas de Gran Canaria está entre las ocho ciudades más importantes de España, y merece un evento a su nivel. Y volviendo al asunto del presupuesto, me gustaría contar con la mitad del de Tenerife, que ronda los seis millones de euros. De todas formas, no me gustaría hablar de dinero hasta que no tenga cerradas todas las partidas.

— ¿Por que prescindió de un histórico de las fiestas como es Alberto Trujillo?
— Nos conocemos desde hace muchísimo tiempo, del barrio de La Isleta. Lo que sí es cierto es que cada cual elige a su equipo de trabajo, y Alberto Trujillo no tenía mi confianza.

—Con el aterrizaje de los socialistas en el Ayuntamiento, la organización del Carnaval ha dado un giro copernicano. Muchas caras nuevas, algunas muy conocidas entre sus elegidos. ¿Quizás temiendo encajar algún gol?
—Entiendo yo que no es que te vayan a marcar un gol, sino que es tan sencillo como que tú quieres a la gente en la que confías plenamente. Además, creo que he acertado. Me voy a arriesgar antes de tiempo. Confío en la elección de los profesionales que componen el nuevo equipo del Carnaval, incluyendo aquellos trabajadores y funcionarios que están colaborando con una ilusión terrible.

—¿Quiénes conforman su nuevo equipo, y qué misión va a tener cada integrante?
—La composición del equipo es muy clara. Sigue una persona que ha estado vinculada al Carnaval como director artístico, que es Israel Reyes; Hamid Blell, que también ha estado relacionado con las fiestas, colaborando con el sonido y la iluminación; Víctor Manuel Medina, que para mí es uno de los mejores interioristas que hay en Canarias; Tino Cebral, otro gran conocedor del Carnaval y que es el coordinador de las murgas y comparsas, y Tato Sansó, que será el encargado de llevar los presupuestos y las negociaciones con las distintas personas, y cómo no, sin olvidar al personal de esta concejalía que está trabajando con una ilusión enorme.

—¿Un deseo?
— Me preocupa que el Carnaval llegue al pueblo, y que sea participativo.

— ¿No cree que organizar este evento en cuestión de meses es muy precipitado?
— No me gusta trabajar con agobio, y soy partidario de que haya una oficina permanente los doce meses del año, para poder organizar mejor y, especialmente, lograr la captación de recursos propios.

— En la anterior etapa hubo alguna que otra funcionaria que poco a poco fue cogiendo confianza y terminó por mandar más que los propios responsables de las fiestas. Incluso se llegó a decir que influenciaba hasta en la elección de los jurados a su antojo. ¿Va a pasar lo mismo con el PSOE?
— Eso habría que preguntárselo a la anterior organización si realmente esa fue la función de esa funcionaria. Lo que sí tengo claro es que yo trabajo en equipo, el entrenador soy yo y, por lo tanto, mandaré yo, en el buen sentido de la palabra, nada de manu militari, sino que vamos a colaborar todos juntos para conseguir que estas fiestas puedan llegar a buen puerto. Lo que no acepto es que un determinado funcionario se erija en dueño o señor de estas fiestas. En absoluto.

— Dijo usted en una ocasión que una partida presupuestaria iba a ser destinada al Carnaval en los barrios. Es decir, retoma la idea del Patronato del Carnaval de Manolo García. Una idea genial. Pero ¿en qué van a consistir las celebraciones?
— Hay que entender que estamos en un mandato nuevo, que llegar a todos los barrios, inicialmente, es complicado porque no tenemos infraestructura suficiente, pero sí va a haber como mínimo tres o cuatro zonas que van a estar implicadas en el Carnaval, que bien pueden ser La Isleta, Schamann, Guanarteme y Vegueta. Queremos que tengan presencia en las fiestas a través de las murgas y las comparsas.

— Cada vez que se produce un cambio surge el debate. ¿No cree usted que el escenario va a perder vistosidad?
— Creo que el simple hecho de haber cambiado la posición frontal del escenario por la diagonal ya es una innovación, porque nos permite aprovechar racionalmente mejor el espacio, al aumentar en 1.035 localidades el aforo. Creo que va a ser espectacular.

— ¿Qué tal su relación con las murgas y comparsas? ¿Va a encajar con deportividad las andanadas que le lancen? ¿Gozarán estos grupos de más apoyo institucional?
— Vengo del mundo deportivo y llevo algo de ventaja en lo de saber encajar con deportividad, porque he aprendido a ganar, empatar y perder. Lo que queremos es que al final gane el Carnaval. En cuanto al problema de que las murgas y comparsas no tienen lugares adecuados para ensayar y prepararse, está en nuestra mente buscar zonas adecuadas, aunque es muy complicado. Hemos tenido encuentros cordiales hasta el día de hoy.

— Y la pregunta que nunca puede faltar en Carnaval: ¿Le gusta ponerse careta o prefiere ir a cara descubierta en el viaje al Olimpo...?
— (Risas). A cara descubierta, con barba, con bigote y que todo el mundo me conozca.

Fuente: La Provincia

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