17 septiembre 2007

La joya de la Corona

La firma de cristal Swarovski subvencionó su coste.

La promotora del concurso de bocetos de coronas, la ADIC (Asociación de Diseñadores del Carnaval) designó posteriormente un jurado para seleccionar la mejor propuesta. La diadema real será oficialmente portada por la Reina del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria en cada nueva edición de las carnestolendas. Previamente, los 24 bocetos presentados al certamen fueron expuestos al público, votando los visitantes por sus esbozos preferidos y sumando su dictamen al del jurado. "Había diseños de todo tipo, desde los más clásicos hasta los más atrevidos, con un buen nivel general", comenta Alberto Robaina, presidente de la ADIC. Según el diseñador, y respecto a la originalidad del bosquejo ganador, "a la gente le llamó la atención por esa figura central, que representa a la propia Reina del Carnaval. Eso fue lo más llamativo del boceto. La corona irá pasando de candidata a candidata. Quizás dentro de unos años decidiremos cambiar el modelo para irnos renovando, y se hará otra corona. Lo que queríamos era que hubiese una corona oficial. Igual que está el cetro, que va pasando de reina a reina, está la corona, que irá también pasando de reina a reina".


La firma de cristal Swarovski patrocina el coste y la pedrería de la corona, delegando la confección de la misma en el artesano Juan Lillo, miembro de la Federación Valenciana de Joyeros. Éste ha elaborado la estructura en paladio, un material maleable similar al platino, aunque más duro y resistente. Su esfinge central está recubierta en oro de 24 kilates.

"Hasta ahora el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria no tenía una corona oficial, y surgió la idea del concurso - refiere Manuel Encinoso, ganador del certamen-. Todos los bocetos que hice iban en una línea muy simple y elegante, aunque con bastantes aspectos representativos. No quería que fuese una simple corona, sino que tuviese relación con la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria"

Encinoso - ganador del concurso de disfraces durante seis años, y especializado en diseñar trajes para murgas y reinas, tanto adultas como infantiles-, realizó tres bocetos iniciales de la corona, modificándolos paulatinamente hasta el trazado definitivo. "La corona, realmente, es un traje de Reina. Quise representar a la propia Reina en la silueta de una mujer, portando un traje grande. Para el traje me basé en esferas, pues los diseñadores siempre usamos esferas para representar nuestros vestidos. En la parte inferior quise representar la hoja de palma, característica del escudo de nuestra ciudad. Le añadí una piedras que representan los dátiles, en un color ámbar o negro, y que resaltan el color con respecto a la corona, que va en un plateado boreal. Por lo que me comentó el artesano, Juan Lillo, trabajaría la pedrería de una forma no vista todavía, y diferente a los cristales engarzados, utilizando una técnica propia llamada ojo de pez. Ésta produce un efecto de luz cuando se proyecta en la piedra, reflejando así todas las piedras de alrededor. Por lo tanto, la proyección de luz es mayor que la de una piedra simple. Cuando se corone a la Reina del Carnaval, todos los ojos irán a la Corona, porque el brillo que desprende es mayor que todo lo que hay detrás".

El diseñador condensó en su trabajo rasgos identificativos del Carnaval grancanario, combinando delineaciones entre refinadas y sencillas, añadiendo el grabado Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria a la base de la falda de la Reina. La inspiración, concreta Encinoso, provino de las formas femeninas en sus ropajes de carnaval.

Fuente: Revista del Carnaval 2006

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